jueves, 18 de mayo de 2017

¿Cómo se queda embarazada una mujer?

Sorpresivamente, la mayoría de la gente no tiene ni idea del funcionamiento de sus aparatos reproductores; es más, hace dos días fui al médico general para una consulta sobre mi mandíbula y, por unas preguntas muy fuera de lugar que me hizo, me dio la impresión de que él tampoco tiene ni idea de cómo funciona el aparato reproductor femenino. Tal vez algún día surja la oportunidad de contar esa anécdota en alguna otra respuesta.
“Sexo” no es la respuesta a esta pregunta.
Una mujer queda embarazada cuando, encontrándose fértil, uno de sus óvulos maduros entra en contacto con un espermatozoide y la unión de ambas células logra ser implantada en el útero de ella.
¿CÓMO SUCEDE ESTO?
Puede realizarse en un laboratorio mediante procedimientos modernos de reproducción asistida, pero aquí voy a explicar cómo sucede más comúnmente.
Primer paso: ser fértil.
Las mujeres somos fértiles después de atravesar la pubertad y antes de la menopausia durante ciertos días de cada “ciclo”. Los ciclos son periodos de aproximadamente 25 a 40 días en una mujer sana (siempre nos enseñan que 28, pero es un número muy al azar. 28 no es la mediana, la moda ni la media).
Cuando las mujeres nacemos, ya tenemos dentro de nosotras un banco de muchísimos óvulos que poco a poco van a empezar a madurar y a ser liberados, uno* cada ciclo, hasta llegar a nuestra menopausia. Cada uno de esos óvulos es un huevo con potencial de convertirse en una persona.
La liberación de estos óvulos se da en un día específico del ciclo llamado “ovulación”. Normalmente se dice que esta ocurre el día 14 pero, igual que con lo de los 28 días, tampoco es un dato exacto. El día de ovulación varía de mujer a mujer y de ciclo a ciclo, ubicándose normalmente entre 9 y 15 días antes de la menstruación.
Cada óvulo tiene una vida de 24 horas luego de ser liberado y en un ciclo es posible que la mujer libere dos óvulos en un ciclo, caso en el cual el segundo es liberado dentro de las 24 hora siguientes al primero. Por tanto, se considera que las 48 horas siguientes a la ovulación es posible quedar embarazada.
Los hombres son fértiles todo el tiempo a partir de la adolescencia y hasta su muerte a menos que una condición médica afecte su capacidad de reproducción.
El semen contiene espermatozoides, que son el equivalente masculino de los óvulos. En condiciones óptimas, un espermatozoide puede vivir hasta 5 días dentro del canal vaginal de una mujer “esperando” la aparición de un óvulo. Es decir que una pareja puede tener sexo un día y no quedar embarazada sino hasta la semana siguiente.
Para que una mujer quede embarazada se requiere fertilidad de ella y de su pareja, es decir:
  • Que ella haya superado la pubertad pero aun no haya llegado a la menopausia.
  • Que se encuentren en los “días fértiles”: desde el sexto día anterior a la ovulación hasta el tercer día después de esta.
  • Que el hombre ya tenga edad de producir semen.
  • Que ninguno de los dos tenga problemas médicos que afecten su fertilidad.
Paso 2: contacto de gametos.
Esta es la parte fácil de la respuesta: para quedar embarazada y cumpliéndose los requisitos del paso 1, se necesita que los gametos de ambas partes (óvulo y espermatozoide) entren en contacto, lo cual normalmente sucede a través de una relación sexual.
No voy a explicar qué es una relación sexual. Búsquenlo en Google.
Durante la relación sexual, el hombre libera dentro de la mujer una gran cantidad de espermatozoides con la esperanza de que al menos uno de ellos logre “coronar”. Estos espermatozoides normalmente vienen en el semen que un hombre libera durante el orgasmo, pero a veces también están en el líquido preseminal (sustancia viscosa que el hombre secreta antes de su orgasmo para facilitar la supervivencia del esperma).
Cuando la mujer ovula, su óvulo se queda esperando esperando la aparición de un espermatozoide. El suertudo que llega antes que sus compañeros toca el óvulo, ambos se abrazan**, brillan con luz propia*** y así queda fabricada la semilla de un futuro ser humano.
Paso 3: implantación.
Aunque es tierno pensar que con el amoroso abrazo de los gametos ya se logró el embarazo, aun falta lo más difícil: sobrevivir al violento cuerpo de la mujer.
El cigoto (óvulo fecundado) desciende para ubicarse en la pared del útero, donde se “agarra”. Como lo expliqué aquí, el cuerpo de la mujer hace todo lo posible por “tratar mal” al óvulo fecundado con el fin de probar si es lo suficientemente resistente como para que valga la pena.
Habiendo demostrado su capacidad de sobrevivir a las adversidades, el cigoto queda ahí pegado y empieza a formar la placenta que lo va a acompañar hasta el momento del parto.

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